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Espera

Sala de espera. Cinco personas. 
Cuatro de ellas leen para mitigar el hastío de la espera. 
La quinta está rígida, bastón y gafas de sol, 50 años. 
Mantiene la mirada perdida, y con tensión sostiene un sobre con algún tipo de resultado médico.
No mira a ningún lado, no cambia casi de posición, bosteza. 
Todos tratan de entretenerse en silencio mientras él sólo puede aburrirse, no le queda otra.
Él no nace solo, nace con su ceguera.

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12 de 24 horas

¡Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing!



Te levantas maldiciendo ese maldito sonido del despertador, lo apagas instintivamente y te frotas los ojos para quitar la primera capa de legañas que te pican al abrir los ojos -al menos no es el despertador de la novia que suena con la música del videojuego Patapon, una diversión puede convertirse en odio-.

Qué asco, hoy tengo examen de informática, Access. Te duchas y vas a desayunar, más tarde necesitas pasar a acompañar al señor Roca un rato, los nervios por el examen hacen que la evacuación sea necesaria y obligatoria, soltar lastre. Una vez más ligero te das prisa para no llegar tarde a la universidad.



Llegas, saludas a los compañeros, compartimos dudas y esperamos a que llegue el profesor para el examen, como no, 10 minutos tarde. En un examen por grupos de una hora justa, la siguiente hora va otro grupo, si el profesor ya llega tarde la cosa se pone comprometida. 

Entramos por orden, nos sentamos y el profesor reparte el examen. Consta de dos partes: una práctica y otra tipo test. Nos anuncia que cada parte se hace en 20 minutos, ya empezamos con las prisas...Reparte el examen de la parte práctica, lo explica y al tajo. Aquí llega lo interesante: te pones a hacer las consultas y una no daba el resultado bien,  estás probando un rato, no es ninguna de las opciones que te da, el profesor se ha equivocado en el enunciado, no te da tiempo a preguntar porque te quedan cosas por hacer, y el profesor cada 2 minutos diciendo: "Venga que no os da tiempo, os quedan 10 minutos, venga que no os da tiempo os quedan 7 minutos, venga que no os da tiempo os quedan 5 minutos..." NO TE PUEDES CALLAR LA PUTA BOCA. Pues al final te toca hacer lo que te queda deprisa y corriendo, mal hecho, porque no te da tiempo.

Consternado esperas a que te reparta la segunda parte del examen, la teoría, un examen tipo test. Te pones a leer, mil errores de ortografía, una compañera hasta se los corrigió. Pues había al final unas columnas para responder. Cadena de incompetencias:
- Empiezas y te ves que hay dos preguntas número 5, ¿Muy bonito? Pues te dice, elige una de las dos y la contestas...
- Continúas leyendo y te ves en un enunciado con tal caracterización:

¿Cuál es el colmo de los colmos?
a) Comer pipas con limón.
c) Perder un imperdible
b) Correr como Forrest Gump
d) No haber visto Titanic en el cine

Digo, vale, es la c) pero está en la posición de la b) que hay que responder, ¿c o b? Y digo, pues será por la posición la b...Le avisó, viene tras tener media hora la mano levantada, los 20 minutos del examen seguían corriendo, y le digo: "Aquí si está mal ordenado cuál hay que poner la c por la letra o la b por la posición."... A lo que me contesta: "La letra que ponga..." Para mayor sorpresa ni avisa al resto de la clase ni nada, simplemente se calla y se va....Y yo me pregunto: ¿Los que pasando los resultados sólo se hayan fijado en la posición qué? 

-Lees más y te ves una pregunta con estas posibles respuestas: a), b), b) y c)... ¿Si es la b que b es? Paso de preguntar y que me responda que las neveras Fagor son las mejores por su gran capacidad de refrigerado y sus grandes congeladores. 

A todo esto el profesor seguía con su letanía de distracciones, se pone a escribir con sus dos dedos en el teclado, nosotros vemos en el proyector los resultados, ¿Qué informático escribe con dos dedos?, y todo el mundo perdiendo tiempo atendiendo a lo que estaba poniendo para finalmente decirnos que borráramos el archivo descargado ¿Y no puedes decirlo de viva voz al acabar?




Sales del examen asqueado, he programado en C, en SQL y en Access ¿Y me vas a suspender? ¡Venga ya hombre! Acabas las clases y te vas a comer a casa de la novia.

Llegas a su casa y sorprendentemente nadie te abre la puerta, ni ella te coge el móvil. Pues nada, piensas que lo mejor será cogerte un libro de la mochila y sentarte en el banco de enfrente del portal a leer El Rey Pirata. 

Cuando estás llegando al banco, delante, ves un abuelete con intenciones de sentarse también, ¡Alarma! Y el abuelo va y se sienta en medio. Pues nada te toca sentarte cómo puedes en un lado, te pasas los diez minutos siguientes sintiéndote mal mientras el viejo lee el libro contigo, ¿No tienes otra cosa que hacer? ¡Vete a ver obras y deja de mirarme el libro!...Al rato viene otro abuelo que en vez de sentarse al otro lado, entre el abuelo y el reposabrazos, se lanza a sentarse entre el abuelo y yo. Venga, ¡Viva la fiesta del encogimiento y el roce! Medio banco lleno y el otro vacío.



A los minutos viene la novia y puedo escaparme de los olores, rozamientos y apretones de la tercera edad...La comida de después tranquila.

CONTINUARÁ....




Andar siempre es bueno....

Que maravillosos son los fines de semana deportivos. Durmiendo donde se puede, alimentándote con lo que te ofrecen y andando sin parar, ¡Mueeeeeeeerte!... Que ganas tienes de salir ¡Qué maravilla! Un fin de semana fuera de casa. Hay que decir que daban créditos para la universidad, aun así apetecía hacerlo, era como un reto.



Quedas con unos cuantos que conoces y que también van a hacer la senda. Llegas al lugar de salida, montones y montones de gente, te enteras que tienes que hacer cola para recoger los tickets y así poder desayunar, comer y cenar los tres días de la travesía (¿Por qué siempre hay tanta gente en la cola de la M?). Haces cola, llegas a recoger tus tickets y ¡premio! No apareces en la lista...Todos tus conocidos están y les dan sus respectivos tickets, ellos te apuntaron a ti, así que ¿Cómo puede ser que no esté? Comeré piedras y ya está ¡No pasa nada!

Llamas a la novia y le dices que te traiga el justificante como que te apuntaste a la senda, le haces que vaya a la salida desde su casa, un pueblo cercano, te lo da, te acercas y le enseñas en la cara del hombre, el de la letra M, el justificante como que te inscribiste y te dicen que en la  siguiente parada , la de la comida, te darán los tickets, te vas y en eso te llaman y ¡aleluya! ahí están tus tickets, ¿El problema? ¿Qué cuál era el problema? El problema era haber puesto de nombre: "Jesús" y de apellidos: "Martinezmartinez". Como si fuera normal ponerlo junto.

Empiezas a andar, andar y andar, vas con tus amigos y: cinco republicanos dispersos (cada uno con su bandera para hacer bulto), algunos universitarios que querían los créditos y miles de millones de niños escolares que no paran de romperse las camisetas, firmárselas y dibujárselas. Qué mejor para los escolares que andar un viernes en vez de asistir a clase, se arrepentirán tras andar 22 kilómetros.

Llegas al punto de la comida, colas, colas y más colas. Esperas que el segundo día al no estar los miles de millones de escolares estará todo más disperso y no habrá tantas colas para comer, cenar y desayunar, craso error, colas todos los días para todo. Lo peor de todo son las paradas de avituallamiento que se hacen cada poco, parece que no avances nada, te rompen el ritmo, con dos paradas sobraría, pues se hacen 5 o 6.

Después de comer, un amigo te dice que le gusta la chica con el paraguas lila, si, llovía, pues vamos detrás de ella que va con sus amigos. Te abres unas galletitas de chocolate que compartes con otro amigo, y de repente la chica de lila se gira, te mira y te dice: "¿Me das una?" te giras rápidamente para encontrar el enamorado ¡Y NO ESTÁ! ¿DÓNDE ESTÁ? No te queda más remedio, le das la galleta con simpatía. Al minuto ves salir  desde unas palmeras tenebrosas a 100 metros, y corriendo, al enamorado, como huyendo de un tigre, había ido a mear, ¡JUSTO EN EL PEOR MOMENTO! Cambiar mojar la lechuga por una meada.

Llegando al punto donde se duerme, LA VERDADERA MUERTE SE AVECINABA, incrementas el ritmo no vaya a ser que te quedes sin sitio, con las mismas ves a un tío tocando una guitarra y cantando en el camino, será recordado POR MUCHOS con odio en un futuro cercano. Llegando al final ves a un chaval andando raro, vas más rápido que él, te acercas cada vez más, va con sus amigos y estos le dicen descojonándose: "¡Pero anda bien!" a lo que él contesta: "¡No puedo!", te das cuenta que va totalmente ESCALDADO, ya no le quedan pelos en los muslos de la fricción. 



Tras varías cuestas, y dejar al hombre escaldado atrás, llegas al sitio de pernoctación, un magnífico polideportivo. Coges con tus amigos sitio cerca de la puerta y el aseo. Tu cuñada te ha invitado junto a un amigo a su cumpleaños, te despides de los que allí se quedan y te vas al cumpleaños...Sing-star, comida buena, diversión, risas...y vuelves sobre la una al polideportivo para dormir, estás muy cansado, le das un beso de buenas noches al que no pudo mojar la lechuga, se vuelve sin saber qué ha pasado, ve que le has besado tú y vuelve la cara con la esperanza rota.

Nadie llega a imaginar la muerte que puede llegar a ser dormir en un sitio como estos. 

-Primera causa: ¿Llevar esterilla? mmmm, mejor no, solo ocupa lugar, en el suelo dormiré bien, ¡GRRRRROOOONG! primer fallo, acabas con el culo plano y la cadera molida de dar vueltas, al final ya no sientes nada.
-Segunda causa: hasta las tres de la mañana el maldito de la guitarra y su "secta" de republicanos no pararon de cantar en la puerta del polideportivo, ¿Y no podían haberse ido a la acera de enfrente? No, hubiese sido demasiado fácil la solución, todo el mundo hasta los cojones. 
-Tercera causa: a raíz de cantar los republicanos, la gente no podía dormir  y se ponía a hablar en voz baja, con lo cual, molestaba el murmullo, así que empezaba uno a hacer el clásico "Tschuuuuuuuu" y a éste le seguían no menos de cincuenta "tschuuuuuuu" como si de un eco se tratara, curioso como mínimo.
-Cuarta causa: llega la madrugada, tres de la mañana, todo en silencio, solo se escuchan ronquidos en la lejanía y empieza a pasar una corriente gélida entre el aseo y la puerta principal. 3:00 me congelo, 3:15: me congelo más, 3:30: debería coger la chaqueta de la cartera ¿Y si despierto a mis compañeros?, 3:35: a la mierda, lo intento, tu compañero de al lado se da la vuelta mirándote, cejas en tu empeño, 4:00 ya no aguantas más ¡a la mierda todo! Coges la bolsa, la abres y te abrigas, si se despierta alguien que se joda.
-Quinta causa: empiezan los mocos, mocos toda la noche, era una tirilla constante de moco líquido muy molesta.
-Sexta causa: por raro que pareciera, mientras reinaba el más profundo silencio, había ocasiones que se escuchaba una oveja balar, ¡Sí! ¡Una oveja balando! Era una locura, te preguntarás ¿de dónde coño puede salir a las 4 de la mañana una oveja balando en un polideportivo? ¿Un móvil? No tengo ni idea, pero sonó varias veces, ¡Era la oveja asesina!
-Séptima causa: no sé si debido a tanto ejercicio o por los bocatas rancios de la comida, no parabas de oír ventosidades y eructos, ¡Una auténtica sinfonía!
-Octava causa: de vez en cuando veías a grupos de dos personas (sujeto macho/sujeto hembra) entrar al aseo, ¿Qué querían? ¿Qué buscaban entrando dos personas del sexo opuesto juntas? ¿Mojar la lechuga?

A las 5 de la mañana, viendo el panorama ya no podía dormir, y estaba deseoso de que fueran las 7 para poder levantarme, ¡Cuánto sufrimiento! ¡Cuánto moco y frío!

Llegan las 7, ¡yuhuuuu! todos en pie. Vas al aseo a lavarte la cara y ¡zas! te encuentras un vómito en el lavabo, sí yo también me pregunté porqué coño no vomitas en el váter que está a 2 metros.

Ese día transcurre con normalidad, la mañana andando sin parar, entre parada y parada inútil. Te roza el zapato, normal tantos kilómetros andando. Estás deseando llegar para a comer, qué hambre. Paráis a comer en un parque al lado de una estación de tren y te dan de comer bocadillo de tomate y salchicha, ¡por favor, que malo estaba! El gozo en un pozo, te molestan los pies como al resto de tus amigos y decides hacer la última parte del recorrido de ese día en el tren. La gente durmió en la Universidad. Yo, tras la experiencia en el polideportivo, me fui a mi casa a dormir sin pensarlo, a las 22:30 ya estaba durmiendo.

El siguiente día era el último, andar  y más andar, pero esta vez por terreno montañoso, fue el mejor día, el más entretenido. Los amigos que quedan (los que no se han ido a casa) se tropiezan cada dos por tres y hay mil subidas y bajadas.




Llegamos a la hora de la última comida, una gran paella para mil personas, ¡yuhuuuu! Vas deprisa para llegar de los primeros a la cola, cuando llegas al lugar de comida hay ya una fila increíble, de repente sale el sol y nos da de pleno acabamos tostaditos bajo el sol. Conseguimos llegar a la zona de bebida, cogemos la que menos cosas negras tiene dentro (sí, la bebida traía cosas negras), medio ligamos con la de las bebidas y recogemos la comida, ya estaba fría la paella, qué mala suerte. 


Siguiente objetivo: lugar para sentarnos, vamos buscando sitio a la sombra, el que queda es escaso. Vamos de un lado para otro buscándolo, vemos dos personas mayores sentadas en una mesa para 8, queremos pasar de largo pero mientras estamos ya casi sobrepasándolos oímos un: "¡Chiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiicos! ¡Aquí tenéis sitio!", para no hacerles el feo decidimos sentarnos. Voy a por sillas, los demás se aposentan ¿Y justo dónde me toca a mí sentarme? En medio de las dos personas mayores. Pase terror, cuando hablaba una de ellas, si tenía comida en la boca salía volando con el consiguiente peligro que pudiera aterrizar en mi comida, algún trozo cayó dentro. Eso sí, eran unos abuelitos muy majos ellos, nos dieron salchichón propio, qué bien los pasaron algunos.

De la comida al cementerio, aprovecharon los republicanos para hacerse publicidad y para casita con unos setenta y pico kilómetros en el cuerpo. Disfrutando al máximo.

Vacío

Ya no sé  qué pensar. 

Avanzo por una paraje totalmente desolado, ni un árbol, ni una brizna de hierba acompaña mis rotos zapatos, únicamente la ceniza que lo envuelve todo. Veo la sombra de uno de los pocos carroñeros que quedan, planea y me sigue esperando que desfallezca. Comida.

Observo una casa, salgo de la antigua autopista para acercarme. Está desgastada, arrasada, quemada, únicamente aguanta en pie por el orgullo de su creador. La puerta está casi rota, no hay ventanas. Voy con cuidado y sigilo, nunca se sabe lo que puedes encontrar. No queda nada, solo escombros y algún alma invisible. Busco en el pozo, no me queda qué tragar, es un bien escaso. Está vacío como casi todos los corazones. 


Continúo por la carretera, los coches ya no circulan, se pudren y oxidan varados en los arcenes de un mar de polvo. Veo algo que se me acerca velozmente. Adrenalina. Es un perro seguido por tres saqueadores. Empuñan maldad que los vacía.

Corro.

Aquellos lanzamientos; nadie sabe quien empezó. Murieron muchos, la radiación, el hambre y el sol los mataron. La guerra nuclear vació la esperanza y los corazones.

Estoy perdido.

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