Sugerencias a: historiasdeunhumanoenlatierra@gmail.com

Cuando el mal fario te persigue

Hay días en que es mejor no levantarse, ¿qué quieres un ejemplo?

¿Qué pasaría si perdieses la llave del coche?
No pasa nada, siempre están las de repuesto. Buscas y buscas, buscas y buscas... ¡Dios! ¿dónde cojones he metido las llaves de repuesto? Rezas a todos los Santos habidos y por haber, nada, no aparecen ¡Maldita mi suerte!

Bueno, siempre te queda ir al taller y que te hagan una copia. Vas al taller pensando en cuánto te podrán cobrar por la nueva llave. Lo primero es que necesitas los papeles del coche para ver una especie de código y así poder hacerte la copia, ¿qué sinsentido es este? he perdido las llaves y lógicamente la documentación está en el coche, ¿cómo voy a poder recogerla? ¿rompo el cristal del coche? Luz al final del túnel, también se puede sacar la información para hacer la llave nueva mirando los datos a través de la matrícula, pero me cobran X€ más.


Le doy luz verde al mecánico, vale, hazme la copia con la matrícula, si tengo que romper el cristal del coche para coger la documentación me saldría más caro y es pringarse más. El mecánico me dice que necesita que le lleve el coche, para conectarse a la centralita y cambiar algo. A lo que pienso, si el coche está metido en el garaje, con el freno de mano puesto, la marcha metida y donde no cabe grúa alguna, ¿cómo voy a hacer para llevar el coche al mecánico? Empieza a caerme mejor el amigo Bonzo y su frase más famosa ¿Contrato a Hulk Hogan y al Enterrador para que me lo saquen a pulso?

Creo que doy de baja el vehículo y me compro uno nuevo, tendría menos problemas.

Basado en su totalidad en hechos reales, no me ha sucedido a mí directamente, pero está basado en un testimonio de un amigo.

P.D: Trataré de volver a publicar al menos una entrada por mes, que es poco pero algo es algo.

El teléfono y sus secuaces...

El teléfono, normal o móvil, se está convirtiendo cada vez más en un objeto odiado. Libertad en su mayor parte, que si el teléfono me está sonando todo el rato y no me deja tranquilo, que si me llaman para hacerme promociones o venderme cosas cada poco tiempo... Es un mal.


Ayer por la tarde estaba en mi casa tan tranquilo haciendo un trabajo. A eso de las 7 empieza a sonarme el móvil, miro y es un número desconocido, pienso, mierda ya me están llamando del trabajo de verano para empezar a trabajar, joder, ya podían haberse esperado un poco más, no me va a dar tiempo a estudiar.... ¡Uf!, descanso, falsa alarma, es Begoña, una compañera de la universidad, me estaba aclarando unos cuando puntos de un trabajo. Continúo tranquilo.

A las 20 horas vuelve a sonarme el móvil, otro número desconocido, pienso, es un poco tarde para que sean del trabajo, pero quién sabe...a ver si hay suerte y me dejan empezar en Julio... Contesto: "¿Sí?", y al otro lado un hombre me dice: "¿Es usted Jesús Martínez?", y yo: "Sí". Mierda, sí son del trabajo... Entonces me suelta, le llamamos de la CAM, ¡Uf!, descanso otra vez...

Al escuchar que es de la CAM me tranquilizo, pero empiezo a escuchar a un hombre/locomotora/cotorra hablando a mil por hora sin dejarme hablar, mi cerebro se colapsa mientras trata de abstraer lo fundamental que me está diciendo el "locomotoro cotorro". Me resulta curioso que me repita dos o tres veces, entre perorata y perorata, que se está grabando la conversación, que si me importa, (¿no debería preguntar primero si no me importa que grabe la conversación?). La pregunta me hace que esté atento a lo que me ofrecen, ya me quieren estafar, seguro.


Entiendo en su "discurso", entre coma y coma (realmente entre millones y millones de comas cortas), que me van a dar un seguro de vida de 500.000€ gratis durante un mes, y yo pues vale...y que luego si no lo quiero se cancelará. Mi cerebro despierta y le pregunto cómo se cancelará, el hombre me dice muy, pero que muy, rápido que es un seguro de vida con el primer mes gratis, que me lo van a poner que es gratis, y en voz baja me dice que después puedo llamar para darlo de baja, mi cerebro pita.

¿Me vais a dar un seguro de vida gratis durante un mes y encima me toca llamar después para cancelarlo? Y no sería más ético que me dieran el seguro de vida gratuito y que llamaran otra vez el mes por si quiero empezar a pagarlo, o lo más lógico, que me digan que me van a poner un seguro de vida y que el primer mes es gratuito. Rápidamente le digo indignado que no, que no me traten de engañar, que no quiero nada, encima me tocaría a mí llamar para cancelarlo, que se vaya a comer pepinos. El hombre se despide cortésmente y me cuelga. Pobres las personas mayores o incautas que caigan. Te venden el gran chollo repitiéndote la frase "un seguro gratis durante un mes" y luego lo que no te das cuenta es que pasado ese mes empiezas a pagarlo, sin ton ni son, para eso graban la conversación, ¿y luego quién se acuerda de cancelarlo o quién se atreve por si...?

Al menos el anterior caso fue educado... Me llamó al fijo de mi casa, hará cosa de un mes, un número de Madrid ofreciéndome un servicio de línea telefónica más económico que el mío, le dije que no, que estaba contento donde estaba, y el vendedor va y se enfada y me empieza a decir, en tono ofensivo, si era tonto, que cómo no aceptaba una oferta mejor, que él no lo entendía. Encima te llaman a tu casa, te molestan y te exigen que te cambies, ¿perdón? Me cambiaré si quiero, pueden haber más razones a parte de las económicas para estar en una línea o no, o simplemente no quieres cambiarte, ¿quién es él para obligarme o decirme si soy tonto? Me quedé estupefacto.


Así va el universo. Mucha gente pierde el Karma muy fácilmente. Al final el teléfono desaparecerá, todo irá por Internet de una forma distinta, espero que para que la gente tenga más intimidad (¿por qué el Google Chrome me dice que o Internet va en mayúscula o está mal escrito? Pues toma internet en minúscula).
Feliz cumpleaños Sonia Kira Gentleman. Espero que te llamen a tu casa vendiéndote 80 cosas juntas.

"Las manías de un hombre tienen que ser respetadas..." (Parte 2)

"Las manías de un gran hombre tienen que ser respetadas, porque el tiempo perdido en luchar contra ellas es demasiado preciso".
 
Continuemos con algunas manías más.... Manías que conozco por boca de otros, seguro que hay muchísimas más. 
 
Tengo un conocido que para poder apagar la televisión primero tiene que poner La 1, si está en Antena 3 no puede apagarla, tiene que pasar obligatoriamente por la Primera. Es como si para apagar el televisor tuvieses que apretar dos botones, el 1 y el "off" ¿Qué por qué? Según él tiene una explicación sencilla, así haces "zapping" desde el principio y no te pierdes nada... Eso sí, cuando enciende la tele y ve que aparece Jorge Javier Vázquez en Tele 5 entra en cólera destructiva ¡No se puede empezar el "zapping" desde Tele 5 y con ese programa tan "especial!" (o espacial).
 

Este mismo amigo tiene ya memorizado el nivel de volumen óptimo, tiene los números ya preestablecidos según se trate de qué canal y si está en la publicidad o no... ¿Para qué más? Además, el volumen nunca puede caer en número impar, siempre ha de ser par...Es lo que tiene el volumen óptimo.
 
Tengo otra amiga que es muy aseada a la hora de poner la mesa, no le gusta dejar las cosas directamente tocando la superficie de madera, plástico o mantel, antes ha de poner una servilleta debajo... si no lo hace no se va tranquila ¿Sabes la cantidad de gérmenes que puede tener la mesa?

Otro amigo, cuando está estudiando en época de exámenes se levanta cada dos por tres a lavarse las manos, sin estar sucias... pero él se siente sucio ¡Lavar, lavar, lavar...! Dentro de poco con alcohol o lejía.


Una compañera tiene la manía de dejar las cosas en la misma posición en la que estaban, véase por ejemplo cuando saca el cartón de leche, para llenarse la taza, luego ha de volver a dejarlo en la misma posición, con una determinada cara hacia afuera. Me acaba de entrar una duda ¿si ve la jarra de agua en el suelo...? ¿Se pone agua y después la vuelve a dejar donde estaba?

Esta última compañera, y otra, tienen la manía de encender la luz de la cocina y esperar a que se encienda del todo el tubo, si no no pueden pasar, es como un conjuro de muro de fuerza que imposibilita el paso... Imaginad que entran y pisan sin querer una cucaracha o que les salta un mono que estaba escondido en el lavavajilla, es normal. Esta manía creo que la tiene más de uno, y de dos.


Un conocido es incapaz de ducharse si está solo en casa... Esto puede ser hasta cierto punto normal, imaginad que te llaman por teléfono porque te ha tocado la lotería o que toca al timbre la mujer de tus sueños, es normal...o que llega el asesino de Psicosis y te la clava hasta el fondo...

Y hasta aquí han llegado las manías... Si consigo más haré más partes, seguro que hay miles y miles de manías
Cambio y corto.

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"Las manías de un hombre tienen que ser respetadas..." (Parte 1)

"Las manías de un gran hombre tienen que ser respetadas, porque el tiempo perdido en luchar contra ellas es demasiado preciso".

Las manías son... manías, comportamientos sin más, te acompañan en tu vida y forjan tu personalidad, son como toques característicos de tu identidad (siempre que no estés loco).

Conozco gente que tiene que dormir con una luz, si no hay algún foco no pueden conciliar el sueño. Una amiga duerme con una radio reloj, de esas electrónicas, con una gran pantalla (cuando digo gran, es que es una GRAN pantalla) que marca la hora y posee una potente iluminación. Pues esa luz ha de estar enfocada de manera estratégica, esto es: 1.- Ha de poder ser visible a la persona para ver la hora, 2.- Pero a la vez no puede estar de frente para no iluminar demasiado y despertarla...De tal forma que parece que se haya producido un ligero terremoto, la mesita donde descansa la radio despertador está separada de la pared (para que no le dé en la cara), la radio despertador está puesta de lado para no molestar e iluminar la puerta de la habitación (por si alguien entra a hacerle algo), en ocasiones utiliza una técnica de distracción, pone un paquete de pañuelos para que la luz no penetre tanto en el ángulo de visión del durmiente. Con todo esto se consigue que sea visible la hora, no le moleste la luz e ilumine media habitación por si hay intrusos...PERFECT. Lo más normal, lo de los intrusos.


Luego tengo otro amigo que hace cosas raras con su coche. Un ejemplo claro es  su forma de actuar cuando cierra el coche, hace lo siguiente:
PASO 1: Aparca el coche en el garaje, recoge durante quince minutos todo lo que hay dentro, que está disperso, mirando y remirando que no se le quede nada. PASO 2: Luego sale con las manos llenas de cosas, porque él nunca usa bolsito, cierra la puerta. En ese momento, se espera un minuto y treinta segundos, que es lo que tarda la luz de dentro en apagarse, para ver si funciona bien y comprobar que no se la deja encendida.
PASO 3: Una vez apagada, comprueba todas las puertas del coche, rodeándolo en el sentido de las agujas del reloj para, acto seguido, volver a asomarse a ver si la luz, por arte de magia de los enanos del monte, se ha encendido sola.
PASO 4: Cuando comprueba que sigue apagada, cosa normal, a veces vuelve al PASO 1, y vuelve a dar la vuelta al coche por segunda vez, volviendo a completar el ciclo.
Todo un protocolo.



Conozco gente que si tiene una lucecita iluminándole la cara ya no puede dormir, es como un faro de Alejandría para ellos, como una antorcha frente a la vista, y he visto como tapaban esa lucecita con trapos, folios o servilletas... ¡Ni que fuera una farola! Los ejemplos más conocidos son el indicador de standby de la televisión, sí, esa lucecita roja, o la hora que marca el vídeo cuando está en posición de apagado. Pues nada, les hes imposible dormir con la luz iluminando, les penetra y les incomoda. Si el vídeo o la tele estuviesen frente a la cara pues vale, pero nadie duerme con un televisor a 5 mm de la cara. Un día probé y cerré los ojos estando delante, a ver qué pasaba, y nada... ¡QUE SI CIERRAS LOS OJOS NO SE NOTA! ¡Hay  un pellejo delante de los ojos que te lo impide! Y se llama párpado, la wikipedia lo sabe.


Tenía un profesor en el instituto que daba Historia del arte, ponía diapositivas y explicaba bastante bien. Pues nada, si hacías un pequeño ruido, ya sea con el bolígrafo contra la mesa, algo casi imperceptible (no muy exagerado), o movías la pierna emitiendo algún ligero sonido, o repetías un tenue sonido, pues paraba la clase, te señalaba y te decía: "Para", y o parabas o parabas. Era como si tuviera la antena puesta y al  escuchar un ruido rítmico ¡PLANC!, saltaba la alarma y o parabas o fuera de clase. Era algo hasta enfermizo. Sería entendible si tocaras los timbales exageradamente, pero un bolígrafo impactando contra una mesa...

También conozco gente que cuando se despierta todas las mañanas se cruje los dedos de los pies, antes de levantarse, y lo hace todos los santos días, o lo hace o no se levanta, ¿enfermedad? no sé, pero la sintonía cada vez que se levante tiene que ser potente. Tengo otro amigo que cierra siempre, pero siempre, el ojo izquierdo cuando está bebiendo agua de un vaso, como si le fuera a caer todo un embalse en el ojo, ¡que está la boca para parar la caída! Otra manía, una chica, se sienta, saca su estuche y todas las santas mañanas se pone a ordenar los bolígrafos por colores, y como le toques alguno te muerde, será para conocer las coordenadas exactas de cada tonalidad. Tengo otro amigo que no subraya los apuntes, no pinta nada en ellos, ni una línea, y bueno, como le pintes algún rayajo estás muerto, muerto pero muerto, ¿cómo selecciona lo importante? él sabrá, es su secreto. Luego también están las mujeres que cuando se les desconcha un poco la pintura de la uña ya está, salta la alarma y empieza la caza de la pintura, erre que erre a arrancarse la pintura como sea, sin dejar rehenes.


Yo tengo una manía, no puedo dormir si no tengo al menos un pañuelo en la mesita, imagínate que me da un apretón mocoso en mitad de la noche, qué pereza levantarme a por un pañuelo, y no voy a lanzar la mocarrá al suelo. Tampoco me gusta dormir con el móvil en la mesita de noche, lo apago y lo alejo un poco. Por último no me gusta dormir con el router dando señales, dale que te pego, o apago el ordenador o duermo intranquilo, mis manías están relacionadas con el sueño.

Tengo otra amiga que es una maniática de la posición, siempre tiene que ir en el mismo sitio cuando va andando con alguien, no puede cambiarse de sitio. Si va cogida de la mano de su novio los dedos SIEMPRE tienen que ir entrelazados en la misma posición. Cuanta obsesión, ni que ponerse en el otro lado fuera a romper el equilibro mundial provocando una rotación contraria en el planeta, con lo que ello conllevaría.

Otras cosas raras que hace la gente, como ponerse el despertador en número impar, por ejemplo a las 8:01...Nena, el despertador no se rompe si lo pones en hora exacta, el efecto 2000 a los relojes no les afecta. Igual que dormir tapándose la oreja, como si le fueran a entrar hormigas o CUCARACHAS, si durmieras en la selva me valdría... a no ser que tu casa...


Una historia diferente y sorprendente fue la que me contaron el otro día, un familiar tiene una compañera en la universidad, pues está en los descansos se va a ver a los patos. Llega donde están los patos, saca su bocata, le pega un bocado y arranca un trozo para las aves, y así va, bocado, trozo para los patos, bocado, trozo para los patos...Cuando hizo un año que los conoció se llevo dos bocatas, uno se lo comió ella y el otro entero para los patos. Que bien alimentados estarán.

CONTINUARÁ...

La maldad al acecho

Todo ocurrió una oscura noche. La noche del 29 de enero de 2011, hace unas dos semanas. 

Era una noche gris, la oscuridad trataba de envolverlo todo provocando una feroz batalla contra las farolas que luchaban por iluminar el camino. La luna estaba oculta por las nubes rojas, aquellas que ciertas noches surgen para cubrir el cielo. 

Hacía frío, mucho frío, mi cuerpo expulsaba un intenso vaho cada vez que realizaba el involuntario reflejo de respirar. Llevaba guantes, gorrito y el pijama debajo de la ropa, pese a ello sufría algún que otro temblor, la piel se erizaba.

Mientras andaba por la calle me levanté un poco la manga, bajé el guante, miré el reloj y pude comprobar que eran las 23:38, un poco tarde para acabar de estudiar. No había ni un alma en las calles, todo el mundo se resguardaba en sus casas, la hora y el frío los había convencido.

Continué el camino hacia la protección de mi humilde morada. Decidí ir por el Castillo, al llegar entré por el gran arco orientado al oeste. Una vez en el amplio patio central me sorprendió ver dos mujeres de raza negra, en la puerta de salida que da al este, hacían ademán de salir pero no llevaban a cabo la acción, una llevaba una larga túnica blanca y la otra iba con vaqueros y chaqueta. La mujer de los pantalones vaqueros llamaba a la de túnica que hacía la intención pero no se atrevía a avanzar, pensé que algo pasaba y continué avanzando hacia ellas, la salida.


A llegar a su altura ya estaba más que seguro de que algo raro pasaba. La de los vaqueros se me acercó con un hola en un acento extraño, y me señaló el horizonte a través de la puerta, apreté bien mi cartera por temor a alguna treta y miré sin alcanzar a ver nada desde mi ángulo. Continué avanzando y pude comprobar que me seguían, iban pegadas a mí. Miré hacia delante con algo de incertidumbre tratando de averiguar la causa de su miedo. Entonces pude ver qué causaba su miedo, eran unos ojos rojos y brillantes a unos 20 metros,  nos miraban fijos y con deseo, era un ser marrón y muy peludo, un cuadrúpedo de baja estatura que no apartaba su mirada.

Empecé a reírme por dentro cuando entendí que mi padre había salido a sacar a mi perra Trufa, que iba suelta, y las mujeres le tenían un miedo acérrimo. Ellas no sabían nada e iban detrás de mí como protegiéndose, mi padre estaba 10 metros a la derecha hablando con el panadero, entonces continué avanzando hacia Trufa y la llamé, vino corriendo al advertir mi presencia. Las mujeres al ver que el ser se les venía encima pegaron un chillido y salieron corriendo lateralmente, como alma que persigue el demonio. Aproveché la situación y les hice ver, en la distancia, que el animal era manso, haciéndola que se sentara, me diera la patita y se tumbara, a lo que las mujeres respondieron con un sonoro oooooohhhhhh mientras seguían avanzando rápidamente, y con miedo, por la calle. Creo que les quedó la sensación de que yo era otro "Encantador de perros", Jesús el Encantador de perros 2.



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